Primeras veces...
En las primeras huellas,
bajando las lluvias,
sintiendo las rocas,
la vertical mirada
de las primeras creencias.
A veces de frío,
a veces de humedad,
los paños a modo de armaduras
con los calostros mañaneros
y la dura mano
rebanando los reflejos,
las presencias
entre finas garras
y la muerte de la lanza.
Con las costumbres
de las sequías,
el rojo rupestre
de los muslos,
colgaban de faldones tejidos
el recogimiento
de palabras y sus gestos,
las espaldas del deseo,
del sueño del temor
y la reiteración de las hojas,
los ojos de humo.
Y en el gineceo,
las primeras confidencias,
las primicias del desnudo,
a depredación de los cuerpos,
la locura por las mutilaciones,
la succión de la vida.
Energía de estertores
en cofradías orales,
la reiteración de las entidades,
de cortezas, colmillos y entrañas,
clausurando la fiereza demoledora
de extensos cabellos, alientos poderosos,
destinos malditos, desgarrados,
sucesión de pánicos
más allá del fuego,
de las luciérnagas del universo
y entre las goteras oscuras,
las luchas con los metales,
la sospecha de nuevas tierras,
de nuevos astros dando vueltas
y la bondad del pelaje divino.
0 Comments:
Publicar un comentario
Bienvenido
<< Home